lunes, 19 de septiembre de 2011

¿QUÉ ES LA ATLÁNTIDA?

Atlántida (en griego antiguo Ατλαντίς νῆσος, Atlantís nēsos, ‘isla de Atlantis’) es el nombre de una isla legendaria desaparecida en el mar, mencionada y descrita por primera vez en los diálogos Timeo y Critias, textos del filósofo griego Platón.

La precisa descripción de los textos de Platón y el hecho que en ellos se afirme que se trata de una historia verdadera, ha llevado a que, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX, durante el Romanticismo, se hayan propuesto numerosas teorías sobre su ubicación. No obstante, en la actualidad, se piensa que el relato presenta anacronismos y datos imposibles, lo que descartaría su verosimilitud literal; sin embargo, se ha apuntado la posibilidad de que la leyenda haya sido inspirada en un fondo de realidad histórica vinculado a alguna catástrofe natural, como podría ser una inundación, un gran terremoto o una erupción volcánica.

A pesar de la gran cantidad de historiadores que niegan la existencia de la Atlántida considerándola únicamente un cuento fantástico para trasmitir un mensaje a los griegos del mundo antiguo, otros tantos llevan años analizando los diálogos del Timeos y el Critias con tal de hallar la ubicación exacta de esta llamada "Madre de las civilizaciones" , de la cual probablemente también descendamos nosotros mismos, con una antigüedad de más de 12 mil años, edad según la cual la ciencia tradicional indica que el hombre apenas salía de la edad de piedra, puediendo ya en estos tiempo existir una civilización altamente tecnológica y rica en conocimientos.

Sobre los probables lugares donde sea ha creído y se cree que se encuentra la Atlántida se ha dicho mucho. La ubicación inicial para su búsqueda fue en las profundidades del océano Atlántico, pasando luego al Caribe Americano, en la isla de Creta del Mediterráneo, entre otras pero la más reciente ubicación defendida por James Allen, cartógrafo inglés, esta en el altiplano andino, en nada menos que América del Sur.


DESCRIPCIÓN DE LA ATLÁNTIDA

Los textos de Platón sitúan la Atlántida frente a las Columnas de Hércules (lugar tradicionalmente entendido como el estrecho de Gibraltar) y la describen como una isla más grande que Libia y Asia juntas. Se señala su geografía como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3000 por 2000 estadios, rodeada de montañas hasta el mar. A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja de todas partes, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor, nacido del suelo.
Según el Critias, Evenor tuvo una hija llamada Clito. Cuenta este escrito que Poseidón era el amo y señor de las tierras atlantes, puesto que, cuando los dioses se habían repartido el mundo, la suerte había querido que a Poseidón le correspondiera, entre otros lugares, la Atlántida. He aquí la razón de su gran influencia en esta isla. Este dios se enamoró de Clito y para protegerla, o mantenerla cautiva, creó tres anillos de agua en torno de la montaña que habitaba su amada. La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el dios dividió la isla en respectivos diez reinos. Al hijo mayor, Atlas o Atlante, le entregó el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole, además, autoridad sobre sus hermanos. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el mar que la circundaba, Atlántico. Su hermano gemelo se llamaba Gadiro (Gadeiron o Gadeirus y Eumelo en griego) y gobernaba el extremo de la isla que se extiende desde las Columnas de Heracles hasta la región que, posiblemente por derivación de su nombre, se denominaba Gadírica, Gadeirikês o Gadeira en tiempos de Platón.

Favorecida por Poseidón, la tierra insular de Atlántida era abundante en recursos. Había toda clase de minerales, destacando el oricalco, traducible como cobre de montaña, más valioso que el oro para los atlantes y con usos religiosos (actualmente se piensa que debía ser una aleación natural del cobre); grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales, domésticos y salvajes, especialmente elefantes; copiosos y variados alimentos provenientes de la tierra. Tal prosperidad dio a los atlantes el impulso para construir grandes obras. Edificaron, sobre la montaña rodeada de círculos de agua, una espléndida acrópolis plena de notables edificios, entre los que destacaban el Palacio Real y el templo de Poseidón. Construyeron un gran canal, de 50 estadios de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la metrópolis; y otro menor y cubierto, para conectar el anillo exterior con la ciudadela. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Finalmente, cavaron, alrededor de la llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales rectos, que irrigaron todo el territorio de la planicie.


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